Cuando hablamos de la productividad en las áreas, por lo general se evalúan los tiempos de ejecución del proyecto, los tiempos de solución o simplemente qué es lo que se hace cada día. Sin embargo, variables como retornos a la inversión, TIR, VPN, entre otros mil temas financieros y estratégicos se empiezan a tener muy en cuenta al momento de medir la eficiencia y la productividad.

Y es aquí cuando TI pasa de ser una islote en las empresas, y debe engranarse como un área generadora de valor en la compañía contribuyendo al incremento de la productividad de forma costo/eficiente..

Para ello es fundamental alinear la tecnología con los negocios, lo cual implica conocer, entender y participar en la estructuración estratégica de la compañía, volviendo al concepto coloquial “Todos empujando para un mismo lado”. Entender al usuario final y ser partícipe en el trabajo y transformación del negocio, se torna vital, la tecnología se debe volver literalmente un factor productivo!.

Las herramientas se constituyen como puentes y facilitadores para la ejecución de las labores diarias. Aquí toma importancia la adopción de modelos de computación como el Cloud Computing, donde el software se “saasifica”, es decir la tecnología se vuelve servicio. Esto permite sacar el máximo provecho a las herramientas sin la preocupación y dolores de cabeza del mantenimiento y adquisiciones cuantiosas para operar y explotar todo el potencial. En el mercado ya se encuentra un vasto mercado de soluciones para ayudar a mejorar la productividad en las organizaciones, suites robustas como Google Apps, Projects, CRM, ERP, entre otras, están disponibles a costos relativamente moderados.

Recientemente, el esquema del teletrabajo ha sido un modelo que poco a poco ha permeado el sector empresarial. Encauzando este esquema mediante políticas claras, un modelo estructurado, y herramientas vanguardistas como las ya mencionadas, permiten no solo mejorar la calidad de vida de los empleados sino también traducir eficiencias e incremento en la productividad.